"Iluminados pero insoportables: cuando el ego se disfraza de espiritualidad"
- Evelyn
- May 13
- 2 min read
Dice que todo es energía, pero te deja en visto.
Afirma que ya trascendió su ego, pero no tolera que lo contradigas.
Se despide con un “te mando luz”, pero te clava el visto con saña kármica.
En tiempos de espiritualidad exprés y certificaciones de Reiki en dos tardes, proliferan los "iluminados de Instagram": personas que hablan de vibraciones, chakras y “la nueva era”, pero no saben pedir perdón ni escuchar sin interrumpir.
Y así aparece uno de los travestismos más sutiles del ego: el ego espiritual.
¿Qué es el ego espiritual?
Es el ego que, lejos de desaparecer, se adapta al nuevo escenario.
Ya no necesita demostrar poder o dinero. Ahora, quiere mostrar cuán consciente es. Cuán “sanado”, “elevado”, “alineado con su propósito”.
El problema es que, en ese intento, muchas veces no conecta con el otro, sino que lo evalúa desde un pedestal de autoiluminación.
Señales del ego con saumerio
1. Habla en plural espiritual: “Nosotros, los seres despiertos…” (¿nosotros quiénes? ¿vos y tus guías galácticos?).
2. Usa términos para invalidarte: "Eso que decís viene de tu herida no integrada". (¿Y si simplemente tengo razón?)
3. Confunde límites con frialdad: Se aleja sin dar explicaciones y lo llama “proteger su energía”.
4. No pide disculpas, “integra aprendizajes”: A vos te duele lo que hizo, pero él te dice que fue parte del proceso divino.
¿Por qué pasa esto?
Porque es más fácil decir “vibro alto” que quedarse en una charla incómoda.
Más cómodo compartir frases de Osho que revisar tus propias contradicciones.
Sostener el malestar.
Pedir ayuda.
Revisar viejos patrones sin justificar todo con “el universo lo quiso así”.
El ego espiritual no quiere sanar, quiere tener razón y sentirse superior. A veces, sin darse cuenta. Otras, con bastante conciencia y conveniencia.
Cómo practicar una espiritualidad con los pies en la tierra
Habla claro: No uses palabras raras para evitar el conflicto. La claridad también es conciencia.
Pedí perdón: No hace falta que sea por vidas pasadas. A veces alcanza con un “la cagué”.
No te pongas en maestro: Acompañar no es iluminar al otro, es caminar al lado, aunque uno de los dos no sepa hacia dónde va.
Conectá con el cuerpo: Comer, dormir, tener sexo con presencia… también son formas de meditación.
Reíte de vos mismo: Si no podés reírte de tu ego espiritual, es porque tu ego espiritual está al mando.
Para pensar
La espiritualidad real no se nota.
No grita, no se exhibe, no necesita títulos.
Se cuela en lo cotidiano: en cómo escuchás, cómo cuidas tus palabras, cómo decís “gracias” o “me equivoqué”.
Y no, no siempre vas a vibrar alto. Pero si sabés reconocerlo sin escupir luz falsa, ya estás más cerca de una conciencia verdadera…
aunque todavía no hables con delfines.
¿Te pasó?
¿Conocés a alguien que se iluminó y se volvió insoportable?
¿O fuiste vos alguna vez ese personaje (todos pasamos por ahí)?
Dejame tu experiencia en los comentarios. Compartí este post si pensás que alguien necesita un baño de humildad… o un sahumerio de realidad.
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Evelyn

Superados, jaja irradian narcicismo. Insoportables
Oh por Dios!! Me has habeis leido la mente. La cantidad de life coaches que andan por ahi, en vibra y que yo se muy bien que apestan internamente, tratando de vender sus terapias, que son solo charlas sobre ellos y su "meta" experiencia de vida.... más pena me da los que caen en ello. Buenisimo Eve!