¿F●llar o sanar? El dilema emocional detrás del deseo.
- Evelyn
- May 21
- 2 min read
Cuando el cuerpo habla lo que el alma calla
Hay noches raras.
De esas en las que no sabés si querés que te abracen o que te desnuden.
Si tenés hambre, sueño… o tristeza con forma de deseo.
A veces, parece que el cuerpo pide sexo, pero en realidad está pidiendo algo más. Algo más profundo, más difícil de nombrar.
¿Te pasó?
¿Qué buscamos realmente cuando buscamos un cuerpo?
A veces nos acercamos al otro con fuego en la piel, pero con un vacío tibio adentro que no se va ni con mil orgasmos.
No lo pensamos así, claro.
Decimos que fue "una noche sin compromiso",
que “teníamos ganas”,
que “somos adultos”.
Y probablemente todo eso sea cierto.
Pero hay veces en las que el deseo tiene otra textura.
Una que no se siente sólo en la entrepierna, sino en el pecho, en el estómago, en ese nudo que no se desata ni transpirando.
¿Es deseo o es necesidad?
No hay nada malo en querer.
Ni en gozar.
Ni en buscar placer.
El punto no es el sexo.
El punto es desde dónde lo buscamos.
¿Desde el hambre o desde el disfrute?
¿Desde la carencia o desde la presencia?
¿Desde la urgencia de no sentir, o desde el deseo real de conectar?
No hace falta tener la respuesta.
Pero sí vale hacerse la pregunta.
¿Y si el cuerpo estuviera pidiendo otra cosa?
Tal vez no sea siempre un polvo lo que buscamos.
Tal vez a veces queremos que alguien nos vea.
Nos escuche.
Nos cuide un rato.
Nos diga: “yo también me siento solo a veces”.
Y lo que pasa en la cama es una forma (válida, humana, confusa) de tratar de tocar eso sin tener que decirlo.
Lo terapéutico no es dejar de desear.
Es empezar a entender por qué deseamos lo que deseamos.
Si alguna vez sentiste que tu deseo viene con confusión, con vacío, con sensación de usar (o ser usada/o),
quizás no se trata de dejar de tener sexo.
Tal vez se trate de empezar a hablar.
Con vos mismo. Con alguien que escuche sin juicio.
Con un terapeuta que te ayude a leer el deseo… como lo que también es: un lenguaje del alma.
------‐---------
Gracias por leerme y compartir.
No olvides suscribirte para recibir mis más recientes artículos.
Evelyn

Comments